Esta magnífica construcción perteneció a José Castagnino, empresario de la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, nacido en Rosario en 1853 y fallecido allí en 1916. Estaba casado con Rosa Tiscornia (Rosario, 1865-1939) y tuvieron 11 hijos. Comprometido política y socialmente apoyó y participó en Rosario de la sangrienta Revolución Radical de 1893; fue varias veces Concejal electo y uno de los fundadores en Rosario en 1908, junto a Lisandro de la Torre y otros, de la Liga del Sur, precedente del viejo partido Demócrata Progresista; fue fundador en 1892 del Hospital Italiano Garibaldi de Rosario y su Presidente en varios períodos; apoyó también en 1910 con gran resolución la construcción del Hospital Centenario siendo Tesorero de la primera Comisión impulsora de la obra y uno de los principales donantes. Largo sería detallar su trayectoria empresarial y al servicio del bien público.
Villa Angelita fue construida sobre la loma, con proyecto del arquitecto italiano Ítalo Meliga, como residencia de verano de la familia Castagnino aproximadamente en1906/1907 dado que la escritura notarial de compra del terreno al científico alemán Dr. Adolfo Döering es del 10 de abril de 1906.Tiene una magnífica vista a los cuatro puntos cardinales en especial al cerro Uritorco y Las Gemelas. La propiedad original se extendía por toda la manzana 76 a excepción de otra importante casona llamada El Ciervo de Oro. También formaba parte de la casa un amplio terreno de unas 4,8 hectáreas que estaba a unos 60 metros de distancia hacia el sur-oeste donde se encontraban otras dependencias y las caballerizas. La entrada para carruajes de suave pendiente, estaba en la ochava de las calles Jujuy y Pueyrredón, hoy Panadería La Moderna. La casa era conocida como Villa Angelita, nombre de la hija mujer mayor de José Castagnino y Rosa Tiscornia. Angelita Castagnino gustaba de pintar, como aficionada, cuadros al óleo que, durante décadas, aún después de vendida la casa en 1944, estuvieron colgados en diversos ambientes de la casa. Su hermano Juan B. Castagnino fue uno de los principales coleccionistas argentinos de arte europeo antiguo y nacional. Así fue como pasaron por Villa Angelita pintores de renombre como Fernando Fader, Antonio Berni, Ítalo Botti y tantos otros. Al fallecer Juan B. prematuramente en 1925, su madre, doña Rosa Tiscornia de Castagnino, se comprometió a cumplir el gran anhelo de su hijo de que la ciudad de Rosario contase con un digno edificio para el Museo de Bellas Artes que él había contribuido a fundar en 1920. Anhelo que pudo cumplir su madre en 1937 donando a la Municipalidad de Rosario el edificio que ella mandó construir para ser destinado al que desde entonces es el Museo Municipal de Bellas Artes “Juan B. Castagnino”. Gran parte de la pinacoteca nacional de Juan B. ya había sido donada al Museo y posteriormente sus hermanos donaron en 1941 los principales cuadros de pintura antigua europea de autores de la talla de Goya, Valdés Leal, Paolo Caliari El Veronés, Maarten van Heemskerck, Alonso Cano, Gerard David, El Greco, José de Ribera, Tiziano y otros. Todas estas obras, hasta su donación, engalanaban la casa de José Castagnino y Rosa Tiscornia, donde vivía Juan B. Había sido construida en 1896 y está ubicada en Maipú 1108 esquina San Juan en la ciudad de Rosario. Fue declarada patrimonio arquitectónico de la ciudad y proyectada, al igual que Villa Angelita, por el arquitecto italiano Ítalo Meliga, quien había nacido en Italia en 1859 graduándose en la Universidad de Turín como arquitecto e ingeniero.
En 1944 Villa Angelita fue adquirida con todo el amoblamiento y objetos de arte por Vicente Lavoratto quien poseía otras propiedades y hoteles. Lavoratto fue quien subdividió la propiedad y vendió los lotes aledaños reduciendo la superficie a la actual. A lo largo del tiempo Villa Angelita sufrió varias modificaciones, muchas sin tener en cuenta el estilo. Además Lavoratto fue quien modificó la propiedad para utilizarla como hostería, anexo de otros hoteles que esta familia tenía en la zona. A tal efecto le agregó baños privados a varios dormitorios que implicaron una ruptura poco feliz con el estilo original de la casa. La galería que se observa al frente y al norte rodeando la planta baja, está cerrada con mamparas de madera y vidrios repartidos, para utilizarla como sala de estar y ese fue también el destino primigenio de la galería. También Lavoratto mandó construir la gran pileta de natación que funcionó durante años como natatorio al público.
En los años 1980, los sucesores de Lavoratto venden la propiedad al Sr. Hernán Bellagamba y su esposa Juana Dalinger conocida desde entonces como “La Casona de Hernán”. Ellos son quienes rebautizan la mansión con el nombre de “Hostal La Casona”. Incorporan con una construcción nueva una parte de la casa destinada originalmente a los caseros y al servicio, convirtiendo este espacio en nuevas habitaciones, ampliando de esta forma la capacidad del Hostal. Por años y hasta años después del fallecimiento del Sr. Bellagamba, el “Hostal La Casona”, administrado por la Sra. Juana Dalinger, era el lugar de reunión y eventos ligados a las nuevas tendencias de la “Nueva Era” de turismo que marcaron una época en Capilla del Monte a partir del hecho conocido como Huella del Pajarillo. A pesar de estar en esplendor, el edificio se fue deteriorando y perdiendo de a poco su brillo. Finalmente en el año 1998, la propietaria Sra. Juana Dalinger y sucesores, vendieron la propiedad al Sr. Miguel Vitale. El terreno donde estaba la gran pileta, que ya para esa época estaba inutilizada debido a las raíces de los grandes eucaliptos que rajaron el fondo, fue separado de la propiedad y posteriormente vendido. El Sr. Vitale y su esposa Silvia, reabrieron el hostal dándole nuevos aires a través de la decoración del interior. Los nuevos cortinados, ropa de cama y mantelería renovaron parte de su estilo. Finalmente, después del fallecimiento del Sr. Vitale, no lograron recuperar del todo su estado y vendieron la casa a los actuales propietarios.

Ubicada en calle Pueyrredón 780